La Razón fue fundada por Luis María Anson (de la Real Academia Española, como él mismo gusta apostillar) en 1998 con el apoyo del grupo Planeta. Fue un invento algo desubicado inicialmente, no estaba claro por qué hacía falta otro diario más y a quién pensaba arañar cuota de mercado.
Los primeros años fueron muy duros, con pérdidas a mansalva y menos lectores que El Comercio de Gijón o El Progreso de Lugo, y no es ninguna exageración. En el año 2002, La Razón empezó a crecer tras casi cuatro años de travesía en el desierto, por un motivo muy sencillo: la deriva izquierdista y zapateril del periódico El Mundo, que pasaba aquella época loando a los sindicatos y llenando sus páginas de chapapote y consignas pacifistas. De hecho, yo mismo me pasé a La Razón. Desde que el PP perdió las elecciones, el periódico ha ido perdiendo lectores poco a poco, y tal vez se ha resentido de la marcha de su fundador, que confiesa que no entendía qué hacía dirigiendo un periódico cuyo accionista lo es también del libelo de insultos y opinión Avui.
La Razón no es un gran periódico, la verdad. Pequeño, con muchas noticias de agencia, sin artículos con "valor añadido". Salvo honrosas excepciones, tampoco despuntan muchos columnistas, y en épocas electorales las encuestas de La Razón, pasan por ser las que cosechan los fracasos más sonados. Todavía debe estar Juan Alberto Belloch riéndose desde que el periódico del señor Lara pronosticó una victoria del PP por mayoría absoluta en Zaragoza capital. Por supuesto, lo que más añoro de La Razón es su gusto estacional por el petardeo, por las pasarelas de moda (que han llegado a abrir portadas) y por los curiosos obsequios con los que ocasionalmente ha alegrado el día a sus lectores, como aquellos cubiletes para jugar con dados, no se sabe si a la oca, al parchís o al Backgammon.
En la actualidad, no creo que La Razón le interese a nadie. Su línea editorial ya queda reflejada en otros medios. Sus informaciones no suelen reportar muchas exclusivas. Es un periódico gris.
La Razón
Pros: Gabriel Albiac, José María Carrascal y Aleix Vidal-Quadras.
Contras: Las exclusivas preveraniegas con el mapa de los radares de Tráfico, las portadas sensacionalistas y ¿todavía escribe Pepe Navarro en la contraportada de los domingos?
Los primeros años fueron muy duros, con pérdidas a mansalva y menos lectores que El Comercio de Gijón o El Progreso de Lugo, y no es ninguna exageración. En el año 2002, La Razón empezó a crecer tras casi cuatro años de travesía en el desierto, por un motivo muy sencillo: la deriva izquierdista y zapateril del periódico El Mundo, que pasaba aquella época loando a los sindicatos y llenando sus páginas de chapapote y consignas pacifistas. De hecho, yo mismo me pasé a La Razón. Desde que el PP perdió las elecciones, el periódico ha ido perdiendo lectores poco a poco, y tal vez se ha resentido de la marcha de su fundador, que confiesa que no entendía qué hacía dirigiendo un periódico cuyo accionista lo es también del libelo de insultos y opinión Avui.
La Razón no es un gran periódico, la verdad. Pequeño, con muchas noticias de agencia, sin artículos con "valor añadido". Salvo honrosas excepciones, tampoco despuntan muchos columnistas, y en épocas electorales las encuestas de La Razón, pasan por ser las que cosechan los fracasos más sonados. Todavía debe estar Juan Alberto Belloch riéndose desde que el periódico del señor Lara pronosticó una victoria del PP por mayoría absoluta en Zaragoza capital. Por supuesto, lo que más añoro de La Razón es su gusto estacional por el petardeo, por las pasarelas de moda (que han llegado a abrir portadas) y por los curiosos obsequios con los que ocasionalmente ha alegrado el día a sus lectores, como aquellos cubiletes para jugar con dados, no se sabe si a la oca, al parchís o al Backgammon.
En la actualidad, no creo que La Razón le interese a nadie. Su línea editorial ya queda reflejada en otros medios. Sus informaciones no suelen reportar muchas exclusivas. Es un periódico gris.
La Razón
Pros: Gabriel Albiac, José María Carrascal y Aleix Vidal-Quadras.
Contras: Las exclusivas preveraniegas con el mapa de los radares de Tráfico, las portadas sensacionalistas y ¿todavía escribe Pepe Navarro en la contraportada de los domingos?