Hoy se ha estrenado, de manera formal, el nuevo gobierno tripartito con el nombramiento de los nuevos consejeros y esas cosas. A diferencia del primer gobierno Maragall, cuando era curioso esto del equilibro entre partidos y el juego de sillas, ahora el nombre de los consejeros ya no le importa a nadie. Desde luego a mí me importa bastante más el nombre de las consejerías, que en algunos casos nos da una idea de por dónde van a ir los tiros en cuanto a intervencionismo y despotismo del gobierno presidido por el exmalversador de fondos José Montilla.
- Se repite el mismo nombre monstrenco de Relacions institucionals i participació, unido a las responsalibidades de Interior, del tirano Saura.
- Entre los edificantes nombres de los departamentos, hallamos uno que dice ser d'Empresa i Universitats, y otro que es de Treball. Curioso, un consejero para la empresa (¿qué pretende legislar sobre las empresas?) y otro para el trabajo.
- El departamento de Cultura pasa a ser de Cultura i Mitjans de Comunicació y va a parar a ERC, y póngase usted a temblar imaginando a un somcomsom aprobando más leyes sobre los medios, y otorgando subvenciones a dojo.
- No puedo comprender cómo le cambian el nombre a consejería de Bienestar y Familia (porque eso es un cargo del PSC: bienestar y familia). Ahora, pasa a ser Acció Social i Ciutadania, y esto es un nombre zapateril a tres kilómetros.
- Nos enteramos también de que las competencias del vicepresidente Carod consisten en reemplazar a Montilla está ausente y ocuparse de las relaciones internacionales de Cataluña, excepto las relaciones con Madrit y con la Unión Europea, que las llevará directamente el presidente.
- Se repite el mismo nombre monstrenco de Relacions institucionals i participació, unido a las responsalibidades de Interior, del tirano Saura.
- Entre los edificantes nombres de los departamentos, hallamos uno que dice ser d'Empresa i Universitats, y otro que es de Treball. Curioso, un consejero para la empresa (¿qué pretende legislar sobre las empresas?) y otro para el trabajo.
- El departamento de Cultura pasa a ser de Cultura i Mitjans de Comunicació y va a parar a ERC, y póngase usted a temblar imaginando a un somcomsom aprobando más leyes sobre los medios, y otorgando subvenciones a dojo.
- No puedo comprender cómo le cambian el nombre a consejería de Bienestar y Familia (porque eso es un cargo del PSC: bienestar y familia). Ahora, pasa a ser Acció Social i Ciutadania, y esto es un nombre zapateril a tres kilómetros.
- Nos enteramos también de que las competencias del vicepresidente Carod consisten en reemplazar a Montilla está ausente y ocuparse de las relaciones internacionales de Cataluña, excepto las relaciones con Madrit y con la Unión Europea, que las llevará directamente el presidente.