Miles de personas han participado hoy en Barcelona en la tercera manifestación masiva contra el trasvase de agua del Ebro, que ha discurrido sin incidentes y en un clima festivo, y sobre cuyo seguimiento han vuelto a discrepar administraciones y convocantes. La convocante Plataforma en Defensa del Ebro ha cifrado en 300.000 personas los participantes, mientras que el Ayuntamiento ha rebajado la cifra hasta las 100.000 y la Delegación del Gobierno la ha situado en 15.000.
La marcha ha arrancado al mediodía en la Plaza Universitat y ha estado encabezada por una pancarta donde se podía leer Por una nueva cultura del agua. Nunca más un gobierno trasvasista. Junto a esta pancarta se han situado los portavoces de la plataforma, que ha organizado 80 autocares para asistir a la protesta, y políticos, como el primer secretario del PSC, José Montilla, el secretario general de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira y el presidente de ICV, Joan Saura.
[...] En contra de lo previsto no ha asistido el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, aunque en la marcha han estado presentes ciudadanos aragoneses y dirigentes del PSOE de esta comunidad.
[...]
Carod-Rovira, por su parte, ha subrayado la necesidad de que el gobierno catalán que surja tras las elecciones y los de los ayuntamientos y España "estén formados por partidos que están en contra del trasvase" y ha elogiado "la amplia coincidencia que existe en Cataluña, Aragón y en otros lugares sobre el rechazo al PHN".
En los manifiestos leídos al final del acto se ha advertido que si el próximo gobierno de la Generalitat "no apuesta por un uso racional del agua y rechaza, no sólo el trasvase del Ebro, sino también el del Ródano o cualquier otro, volveremos a salir a la calle y lo haremos las veces que haga falta, sin que nos regalen paellas ni subvenciones".
También se ha invitado a la Comisión Europea "a tomar nota de la oposición que despierta el trasvase del Ebro" en los territorios afectados y "a paralizar los fondos y ayudas pedidas por el Gobierno español".
(*) Extraído del diario global en español, el 6 de abril de 2003. En el diccionario ya no quedan adjetivos para calificar la actitud de los tres máximos responsables del tripartito gobernante, pero sí queda uno para describir a los aguerridos ciudadanos que siguieron las consignas de los progres y estuvieron cuatro años regurgitando mierda sobre el PHN: serviles.
La marcha ha arrancado al mediodía en la Plaza Universitat y ha estado encabezada por una pancarta donde se podía leer Por una nueva cultura del agua. Nunca más un gobierno trasvasista. Junto a esta pancarta se han situado los portavoces de la plataforma, que ha organizado 80 autocares para asistir a la protesta, y políticos, como el primer secretario del PSC, José Montilla, el secretario general de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira y el presidente de ICV, Joan Saura.
[...] En contra de lo previsto no ha asistido el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, aunque en la marcha han estado presentes ciudadanos aragoneses y dirigentes del PSOE de esta comunidad.
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Carod-Rovira, por su parte, ha subrayado la necesidad de que el gobierno catalán que surja tras las elecciones y los de los ayuntamientos y España "estén formados por partidos que están en contra del trasvase" y ha elogiado "la amplia coincidencia que existe en Cataluña, Aragón y en otros lugares sobre el rechazo al PHN".
En los manifiestos leídos al final del acto se ha advertido que si el próximo gobierno de la Generalitat "no apuesta por un uso racional del agua y rechaza, no sólo el trasvase del Ebro, sino también el del Ródano o cualquier otro, volveremos a salir a la calle y lo haremos las veces que haga falta, sin que nos regalen paellas ni subvenciones".
También se ha invitado a la Comisión Europea "a tomar nota de la oposición que despierta el trasvase del Ebro" en los territorios afectados y "a paralizar los fondos y ayudas pedidas por el Gobierno español".
(*) Extraído del diario global en español, el 6 de abril de 2003. En el diccionario ya no quedan adjetivos para calificar la actitud de los tres máximos responsables del tripartito gobernante, pero sí queda uno para describir a los aguerridos ciudadanos que siguieron las consignas de los progres y estuvieron cuatro años regurgitando mierda sobre el PHN: serviles.