viernes, septiembre 29, 2006

El Punt


El grado de dinamismo y libertad de una sociedad se mide, entre otros parámetros, por lo crítica que es la prensa con el poder. Menos mal que El Punt es un periódico sin lectores, porque hoy dedica el 70% de su portada a un futbolista lesionado, y buena parte del 30% restante a mirarse el ombligo.


miércoles, septiembre 27, 2006

Hay días en que uno se siente especialmente rodeado de provincianos


Qué patético resulta seguir desde Cataluña las reacciones a la presentación de los Presupuestos Generales del Estado.

Los nacionalistas de todos los partidos están pendientes de verificar si las inversiones presupuestadas en infraestructuras en Cataluña representan un 18% de las inversiones totales presupuestadas para toda España, ya que el Estatuto de autonomía (en absoluto inconstitucional, dicen, pese a que exhorte al resto de España cuánto tiene que gastarse en cada sitio) estipula que el gasto porcentual en infraestructuras debe corresponder a la proporción catalana en el PIB español.

Da vergüenza ajena. ¡A mí qué más me da que se gasten treinta millones de euros en desdoblar una carretera en Manlleu o en Villanueva del Cáncamo! Sólo desde una región en decadencia se puede plantear pueblerinamente el reparto de las inversiones de los PGE, en lugar de discutir si es bueno que haya más o menos gasto público, si se han planteado o no medidas para controlar la inflación desbocada, si las estimaciones de crecimiento económico para 2007 son realistas o no. Sólo un indigente intelectual como Artur Mas, cuya mayor contribución previa a su entrada en política fue ser un directivo del casino de Barcelona, puede creer que a los catalanes no nos va bien que se invierta en infraestructuras en el resto de España. Sólo una sociedad con los clichés políticos inoculados hasta la médula puede permanecer impasible ante el desfile de idiotas que campan a sus anchas estos días en los primeros carteles electorales.


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Carteles electorales que, por cierto, ya copan las estaciones de metro. De momento tenemos a Montilla, con un atrayente Hechos, no palabras y al candidato Ceaucescu, Joan Saura, que nos asegura que Hay una forma inteligente de ser de izquierdas. Hay que ver la imaginación que le echan; después de treinta años de democracia los eslóganes electorales comienzan a escasear y hay que colgar cualquier afirmación que, junto la foto de algún otro candidato, quizás serían aceptables, pero hombre, José Montilla no se ha caracterizado positivamente nunca ni por sus hechos, ni por sus palabras.

martes, septiembre 26, 2006

Ganar elecciones y perder al billar


Después de la compra sorpresa del 10% de Endesa por parte de Acciona, podemos concluír que, en economía (y en su política antiterrorista, y en sus pactos postelectorales, y en sus alianzas internacionales, y en...), Zapatero es como yo cuando juego al billar: en lugar de mandar la bola donde yo quiero, simplemente la golpeo y luego voy donde va la bola. Mucha influencia sobre Gas Natural, muchas trabas de la Comisión Nacional de la Energía, mucho "patriotismo empresarial" (sic), mucho pacto entre bambalinas con la pobre Angela Merkel, mucho cambio de bando a última hora, mucho final feliz, y ahora viene un empresario, al margen de la administración pública y sus chanchullos, y paga 32 euros por acción. ¡Viva el libre mercado, sin políticos chupópteros supervisores!


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Otro caso claro de político chupóptero es el consejero catalán de Economía y Finanzas (¿qué será eso de "y Finanzas"?), Antoni Castells. Resulta que al keynesiano Castells le parece muy mal que el gobierno autonómico de Madrid anuncie la rebaja en un punto del tramo autonómico del IRPF. Dice Castells que esa rebaja fiscal es característica y clásica de la derecha neoconservadora que encarna Esperanza Aguirre. Pues todo el neoconservadurismo sea ese, Castells. Ya sabemos que allá donde mande un socialista catalán no hay rebajas, salvo para los beneficiarios del 3%; lo sorprendente es la transparencia con la que Castells lo prueba.

domingo, septiembre 24, 2006

Los problemas de España


Los problemas de España son básicamente tres:

1) La crisis de las instituciones. Si uno lee la Constitución de 1978, puede inferir la existencia de un pacto tácito merced al cual se confía en una cierta lealtad institucional por parte de todos. Tal pacto, hoy día, no existe. Las comunidades autónomas son utilizadas como instrumento de contrapoder en lugar de como servicio a los ciudadanos, todo servidor público es adscrito a una determinada opción política, las decisiones de los reguladores independientes son sistemáticamente cuestionadas por su posible partidismo, el imperio de la ley no opera en algunas partes de España, todo elemento de poder, de supervisión o de garantía es susceptible de ser politizado. No hay nada que no se ponga en duda, desde la forma de Estado hasta la organización del poder judicial, desde oníricas tramas de conspiraciones policiales hasta el defensor del pueblo, desde AENA hasta la CNMV. En este proceso creciente de melosaltoyhagoloquemedalagana, el reciente Estatuto de Cataluña ha sido desde luego un paso irreversible. La Constitución es papel mojado, cabe todo.

2) La heducazión. En esa tarea de demoler todo, entra, por supuesto, el sistema educativo. La LOGSE, proyectada hace más de veinte años, ha sido una ley muy eficaz. Eficaz en sus propósitos: crear una población lo más ignorante posible. La escuela española se ha convertido en un inmenso montón de nada. Los niños y adolescentes españoles crecen con la nada en su cerebro, y con un mensaje embutido en el córtex: todo es gratis, nada cuesta esfuerzo. En medio de teorías constructivistas y curanderos-pedagogos, actualmente está alcanzando la mayoría de edad un ejército de semianimales iletrados, que ni tienen formación humanística, ni saben nada de ciencia, ni tampoco han estudiado un oficio. Conozco a varios. Acaban de cumplir 18, el único libro que han leído en su vida es El código Da Vinci, no emiten frases con estructura sujeto-verbo-complementos, les gustan las películas de multicines y oye, están a punto de empezar una carrera de ciencias sin recordar cuál es el cuadrado de una suma.

3) Vivir de los demás. En España domina la cultura de la subvención. Papá Estado te ayuda pero a la vez te controla, papá Estado te paga pero a la vez te vigila. Papá Estado te compra. Le das una patada a una piedra y te salen veintiséis funcionarios, los centros de salud de atención primaria están colapsados por personas que no cotizan a la seguridad social, la cantidad de población que vive de la agricultura subvencionada sigue siendo desorbitada y las promesas electorales suelen rezumar proclamas de dinero fresco de las arcas públicas a cambio de no se sabe muy bien qué. Los políticos nacionalistas negocian estos días los presupuestos generales del Estado con una sola idea en la cabeza: pedir dinero público, pedir dinero público como si el Ministerio de Economía fuera un rastro, un mercadillo en el que se regatean y adjudica dinero para comunidades autónomas, como si fueran inversiones en compartimentos estancos y no inversiones en servicios al conjunto de la población.

De todas formas, pese a los problemas y retos que tiene España en el futuro inmediato, podemos estar bien tranquilos. Nuestro presidente, José Luis Rodríguez, es un sagaz gestor que, con su conocida habilidad, sentido de Estado, honestidad y transparencia, será capaz de analizar, planificar y salir al paso de estos desafíos. Junto a su hombre de confianza, el inteligente y carismático Pepiño, José Luis Rodríguez llevará a nuestro país a las más elevadas cotas de trascendencia internacional, siendo la envidia y el modelo que seguir por parte de todo el mundo desarrollado.

viernes, septiembre 22, 2006

jueves, septiembre 21, 2006

La pluralidad


He visto que 59 segundos regresa "con la pluralidad como principal estandarte", dicen. Las tertulias de Com Ràdio son singulares porque son plurales, decía su lema años atrás. La mesa de debate de María Progresa Campos estaba muy bien porque era plural: estaban representadas todas las ideas políticas, contaban.

A mí me parece un engaño. Lo importante no es que los intervinientes en un debate sean plurales (porque, en su extremo, implicaría que deberían emitir todas las opiniones posibles cada uno de ellos), sino que sean honestos. Si resulta que lo plural es que en el debate de Ágora de los lunes por la noche en el 33 haya cinco tertulianos, cada uno de los cuales sea el vocero particular de cada una de las cinco formaciones políticas con representación parlamentaria, ya no tenemos pluralidad sino ficción: los analistas deben ser analistas, no correas de transmisión. Las opiniones deben basarse en los hechos, y no en las creencias. La pluralidad del estricto espectro ideológico no es más que eso, multiplicidad de versiones de cada hecho de acuerdo con criterios previos. En realidad, los que presumen de plurales, de la misma forma que los que presumen de independientes, objetivos e imparciales, suelen ser todos socialistas.

En nombre de la pluralidad se ha cometido un número indecentemente alto de fechorías. En nombre de la pluralidad, se esgrime como argumento que ocho de los nueve grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados dan su apoyo al gobierno en la negociación con terroristas, como si cada uno de ellos tuviera un peso de 1/9 en la función representativa. En nombre de la pluralidad, se afirma que España es plural pero en cambio cada una de sus nacionalidades histéricas es singular, homogénea y distinguible. El pluralismo, o cómo esconder conceptos serios tras una metáfora vacía.


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El Defensor del Pueblo afirma que el vigente Estatuto de Cataluña es inconstitucional. Por fortuna, es una de los pocas figuras públicas que lo afirma, y en consecuencia recurre al tribunal constitucional. Y sale ese Montilla, y sale ese Mas, a criticar tamaño atrevimiento, despachándolo como intolerable porque defiende las tesis del PP y va contra la decisión del pueblo de Cataluña (¿qué pueblo?). E impávidos, Montilla y Mas, el nuevo dúo Esteso&Pajares de la Cataluña de principios de siglo, van dando lecciones al Partido Popular de cómo no desprestigiar las instituciones, ellos, que no han hecho otra cosa en su vida, al margen de sus negocios semiprivados.

martes, septiembre 19, 2006

Ratzinger y Blanco


El especialista en geopolítica internacional, Pepiño Blanco, explica que le parece muy bien que el Papa pida perdón por ofender a los musulmanes. Le parece muy bien pero, al igual que la inmensa abrumadora mayoría de muñidores que llevan 72 horas diciendo que está bien que el Papa rectifique, no tiene ni pajolera idea de qué dijo el Papa. En su cuaderno no dedica ni una línea a destacar sus palabras. En los enlaces que proporciona tampoco.

¿Qué narices ha dicho Ratzinger, que haya resultado tan ofensivo para los mahometanos? El Papa dijo algo tan evidente y asumible que hasta un ex chico de los recados como Pepiño puede suscribir: no se debe matar en nombre de Dios. No puede haber musulmanes que, en nombre de Alá, den muerte al infiel. Algo tan impepiñable como reprobar el terrorismo de raíz religiosa ha suscitado la ira de, supuestamente, toda la comunidad musulmana mundial.

Al igual que en el caso de las viñetas danesas, no se trata de una ofensa contra un determinado credo. Se trata de una defensa de la libertad. Dicen que el Papa tiene que retractarse más para rebajar los ánimos. Los ánimos de sujetos que, por lo visto, admiten que se pueda matar en nombre de su Alá. Cada vez que los pepiños afirman que hay que apaciguar los ánimos, admiten que la ira de los musulmanes tiene causas. O sea, causas justas.

lunes, septiembre 18, 2006

Escucha, Fede


Yo empecé como oyente tuyo desde tu primer programa, sí, La linterna de principios de septiembre de aquel lejanísimo 1998.

Primero, hora y media de información sosegada, y después hora y media de tertulia interesantísima, excepto las vacuidades de aquella inútil que decía llamarse Teresa Doueil, que sólo hablaba de toros. Al cabo de unos años le pediste una hora más de linterna a los reyes magos, y llegó La linterna de la economía. Fuiste ganando audiencia, fuiste un refugio en los meses asquerosamente enmerdados por la internacional mediática previos a la guerra de Irak, y poco después, te pasaron a la mañana de la Cope, sustituyendo a Luis Herrero.

Y ahí dejaste de ser un analista político de altura para convertirte en un orate gangoso.

A mí a antiprogre me ganan pocos, como defensor a ultranza de la libertad individual por encima de cualquier estupidez colectiva no tengo mucha competencia, como crítico con el binomio Pepiño-Terribas desde luego soy más militante que tú. No leo el ABC, no me gusta Gallardón, no creo en el centrismo, soy inmune a las Niergas. Pero me he cansado de tus habladurías vacías, no me acuerdo de cuándo fue la última vez que diste paso a los titulares del día sin que tu primer comentario fuera la portada de El Mundo, me cansan tus balbuceos sobre el 11-M, tus opiniones no ceñidas a la irrefutabilidad de los hechos, tus teorías conspirativas más cercanas al programa de Iker Jiménez que al rigor intelectual, no me da la gana de que quieras ser el líder del Partido Popular a modo de Polanco de la derecha, me río de Luis del Chino y de Ignecio Villa, me avergüenza que destaques la entrevista al deficiente mental, ese que llamas Emilio Suáguez Tgashoggas, no entiendo cómo puedes ser tan amigo de Pedrojota, ese que justificaba los asaltos a sedes y amenazas a simpatizantes del PP en mayo de 2003 y defendía a Josep-Lluís Carod-Rovira tras su segunda reunión con ETA a finales de 2000.

Yo me sigo acordando de aquel hombre semidesconocido que descubría y compartía con sus oyentes las entrañas de la vida política española entre 1998 y 2003, y ahora te veo con la audiencia subida a la cabeza, con tus idioteces y con tus colaboradores seguidores ciegos de tu doctrina y de tus agujeros negros. Y no te reconozco.

sábado, septiembre 16, 2006

La coherencia y yo


"Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros". Se le atribuye a Groucho Marx, pero sin duda es algo perfectamente extensible a la mayoría de la población. Todos vendemos nuestras convicciones por cuatro duros, es decir, no tenemos convicciones. Todos somos unos corruptos en potencia.

Yo mismo, por ejemplo. Debería darme vergüenza mirarme al espejo. Me paso un mes en este blog rajando sobre la gran estafa de la pedagogía, y luego entrego un informe de 80 páginas glosando las virtudes del constructivismo y de la alfabetización científica a cambio de un Certificado de Aptitud Pedagógica. El día menos pensado colgaré el informe aquí, y cualquiera podrá juzgar cuán pedagógico, conductual, investigativo y giliprogre puede llegar a mostrarse uno por un plato de lentejas.

Me paso media vida criticando el gasto público desmedido de la administración autonómica, el despilfarro y las constantes reivindicaciones de una mayor y mejor financiación para Cataluña, y luego aspiro a recibir una beca para cobrar de la Generalitat durante los próximos tres o cuatro años. Critico vorazmente el microcosmos nacionalista, su lenguaje, su retórica, sus sobreentendidos, su ensimismamiento, y luego defiendo en esa solicitud de beca que es muy importante un respaldo institucional para mantener bien arrelada la mediana industria tradicional catalana, uno de los símbolos característicos del nostre país.

No me extraña que en lugares como el Congreso de los Diputados se suela acatar a rajatabla la disciplina de voto: la pasta es la pasta. ¡Quién no ha sentido alguna vez corrompido, si yo mismo, para finalizar, niego la simplona teoría del calentamiento global, y busco a la vez financiación para un proyecto que consiga reducir la emisión de gases del efecto invernadero!


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Querido Anónimo:

Sí, soy un imberbe de vida (¡y de obra!), yo mismo no lo hubiera definido mejor. Lo que pasa es que, además de ágrafo y exabrupto, hay otro vocablo muy recurrido en esta modesta bitácora que bien podría plasmar tu actitud: pepiñoide.

viernes, septiembre 15, 2006

Pequeños retratos


ARTUR MAS
Un hombre que mira que es fascista identitario, pero parece que todo lo que diga sea sensato y racional.

JOSÉ MONTILLA
Un hombre que mira que es ágrafo y corrupto a partes iguales, pero parece capaz de arrastrar riadas humanas en el cinturón de Barcelona (¡a sabiendas de que es ágrafo y corrupto, o tal vez precisamente por eso!).

JOSEP-LLUÍS CAROD-ROVIRA
Un hombre que mira que es inteligentísimo, astuto y sin escrúpulos, pero parece friqui, curioso y hasta entrañable.

JOSEP PIQUÉ
Un hombre que mira que dice cosas sensatas, honestas y plausibles, pero parece el enemigo público número uno para todos, los suyos y los otros.

JOAN SAURA
Un hombre que es exactamente lo que parece: una sandía. Verde por fuera, rojo por dentro.

miércoles, septiembre 13, 2006

Briznas de un país enfermo


"¡Pero cómo se atreve Maragall a decir en la diada nacional de Cataluña, el día más emotivo para nosotros, que el independentismo es actualmente una idea ridícula! Parece un miembro del PP, parece alguien que no quiera a Cataluña. ¿Significa eso que Lituania es un país ridículo, que Eslovenia es un país ridículo?"

(Pilar Rahola, en su sección diaria en TV3)


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"El parlamento de Cataluña es el más antiguo de Europa" (Pausa larga, segundos eternos) "mmm, ¡y del mundo!"

(Meritxell Borràs, concejal de CIU en Hospitalet y candidata revelación de Artur Mas)


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"Hoy es un día histórico para nuestra ciudad: Francisco Franco deja de ser alcalde perpetuo".

(Anna Pagans, alcaldesa de Gerona, ahora sí, en solitario)


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Si nuestro objetivo en la vida es ser Lituania, si resulta que cuando se fundó el Senatus Populusque Romanus ya existía el Parlament (y probablemente Pujol ya era presidente de la Generalitat), si los logros locales consisten en retirar la alcaldía perpetua que se otorgó al dictador 42 años antes, se entiende mucho mejor que estos días los dos grandes temas que el cuadripartito catalán esté planteando a los ciudadanos en la precampaña electoral sean

1) que el aeropuerto de El Prat ya no dependa del ministerio de Fomento
y 2) que hay que defender a Makinavaja, el último choriso, mártir de la libertad de expresión.

lunes, septiembre 11, 2006

Cosas del "tejido asociativo"


No hace muchos años, al coger el tren de cercanías en Barcelona-Sants en sentido Hospitalet, cualquiera podía ver, nada más abandonar la estación y salir a la superficie, carteles reivindicativos en los edificios de la derecha. Todos iguales: "Soterrament JA!", soterramiento ya.

Los vecinos de la calle Antoni de Campmany del barrio de Sants tenían sus fachadas llenas de pancartas exigiendo el cubrimiento de las seis vías que tenían delante. Poco importa que las vías lleven ahí bastantes más décadas que cualquiera de los que mora por allí y que, por lo tanto, cuando compraron o alquilaron supieran perfectamente lo que tenían delante. Ahora está de moda pedir que se tape el tren porque hace muchísimo ruido (podíamos soterrar la Diagonal también, ¿no?), aunque en lugares como Amsterdam, o en localidades tan cercanas como Jerez de la Frontera trenes, tranvías, coches y edificios convivan perfectamente, sin complicaciones técnicas ni raras operaciones urbanísticas.

Por motivos estrictamente técnicos, es imposible soterrar la vía del tren a su paso por Sants: la ya soterrada ronda del Mig, la Riera Blanca, las dos líneas de metro que pululan por la zona y unas canalizaciones subterráneas de agua lo hacen absolutamente inviable. Pero esa cosa monstrenca llamada tejido asociativo, que no es otra cosa que la presión vecinal en torno a asociaciones subvencionadas, paralelas al sistema representativo y que constituyen una especie de democracia orgánica, insistió una y otra vez en que había que tapar las vías.

Pues muy bien, ahora se van a cubrir. Y cuando uno abandona la estación de Sants en sentido Hospitalet, ve nuevamente carteles: No al calaix! O sea, no al cajón. En efecto: querían tapar las vías, y las van a tener tapadas. Un cajón de hormigón de varios metros de alto cubrirá toda la infraestructura ferroviaria, y llegará aproximadamente hasta el tercer o cuarto piso de los edificios.

El tren dejarán de verlo, que es lo querían, aunque sea a cambio de tener la luz encendida en casa todo el día. Apuesto a que de aquí a cuatro o cinco años aparecen nuevas pancartas exigiendo que se retire el cajón de hormigón para tener más luminosidad en la zona.

sábado, septiembre 09, 2006

P.R.


Si los nacionalistas catalanes consideran que es un acto censura el no prestar las públicas instalaciones del Teatro Español para que Pepe Rubianes expela sus ordinarieces y exabruptos en nombre de la cultura, si los socialistas piensan que alguien es digno de recibir elogios por parte de la izquierda por desear que le exploten los cojones a los putos españoles, si el progresismo cree que la defensa de la libertad consiste principalmente en proteger a un tipo cuyas más brillantes intervenciones en TV3 incluían la consideración de que las señoras del público tenían pinta de bien folladas, si todo eso es así, yo creo que el mejor tributo que podemos hacer al filósofo Pepe Rubianes es volver a programar los domingos por la noche en La2 su sugestiva y profunda serie Makinavaja, el último choriso, como homenaje a su trayectoria, a su manejo del lenguaje, a su educación y a su consideración hacia los demás.

jueves, septiembre 07, 2006

Caso Kampusch... y la Universidad Autónoma de Barcelona, fatal (2)


Aún sorprendido por el patinazo de La Tarde con Cristina López Shcrlshging, me pregunto: ¿ha sido un patinazo puntual, o ha habido más gente que haya caído en la trampa del psiquiatra de Natasha Kampusch? Pues sí, alguno más ha picado, pero no ya haciendo un patinazo, sino un salto mortal con tirabuzón y medio.

Seguro que han oído alguna vez eso de "el que vale vale, y el que no, a Empresariales". En Barcelona tenemos una versión añadida: "Y el que no vale para Empresariales, a la Autónoma". La Universidad Autónoma de Barcelona está en Bellaterra, en medio de ninguna parte, a unos ¿20? kilómetros de Barcelona, y tiene fama, sin duda injustificada, de ser una universidad especialmente hippiosa, especialmente permisiva y de menor calidad que la Universidad de Barcelona a secas (Pero lo desmiento completamente: es igual de hippiosa, igual de permisiva y de la misma calidad que la Universidad de Barcelona).

El caso es que buscando, buscando, uno puede llegar a leer esta cagada del doctor Francisco Viñals Carrera, director del master de postgrado de Grafística, Grafopatología y Grafología Forense de la brillanta Universidad Autónoma de Barcelona. Las afirmaciones del profesor Viñals son para tragar saliva:

"A pesar de las serias dificultades para poder examinar dicha escritura debido a la distancia del objetivo de la cámara, al menos podemos observar que las líneas son notablemente descendentes con irregularidades en su dirección, sobre todo por caídas como en la firma; ello unido a los tachones que también apreciamos apuntan más a la infravaloración del Yo y a un estado de ansiedad, incluso de culpabilidad –infundado- que a una convicción con las expresiones escritas que argumenta el comunicado manuscrito".

Esto confirma que hay que creer en la grafología, pero no en los grafólogos: la carta no la ha escrito la joven Kampusch, señor Viñals. Está usted describiendo grafológicamente al psiquiatra de la joven Kampusch. Una de dos: o el análisis grafológico es falso, con lo cual queda altamente desaconsejada la matriculación en el master que usted dirige, o el análisis grafológico es cierto, con lo cual el psiquiatra de la joven Kampusch debe retirarse ante su infravaloración del yo, su estado de ansiedad y su sentimiento de culpa.

miércoles, septiembre 06, 2006

Caso Kampusch: su psiquiatra mal, Cristina López Schlichting peor... (1)


El dramático caso de la joven Natasha Kampusch, a la que han extirpado su niñez y adolescencia, está dejando algunas patéticas estampas. El psiquiatra "encargado del caso" tuvo la cara dura de escribir y mandar una carta a los medios de comunicación haciendo creer a la gente que la había escrito ella. En la carta hacía alusiones a su secuestro, a cómo había pasado su juventud, qué esperaba hacer desde ahora y por qué no había solicitado ver a sus padres. Todo mentira: aquel escrito no era de la joven Kampusch sino del viejo psiquiatra, quien se había basado, según dice, en hojas sueltas que había escrito la muchacha.

Los medios de comunicación resaltaron con grandes titulares la aparición de la carta "manuscrita por Natasha Kampusch", y ocultaron todo lo posible tres días después el conocimiento de que la había escrito realmente el psiquiatra. Tanto lo han querido ocultar, que alguna no se ha enterado.

En efecto, Cristina López la del lifting habló del caso Kampusch en su programa del pasado lunes en la Cope, y anunció una interesante revelación: "el análisis grafológico de la única carta escrita por Natasha Kampusch, entregada a los medios días atrás". ¡Tócate las narices! En La tarde con Cristina no se han enterado de que tal carta es apócrifa, toma periodismo con rigor. A mí ya me parece bien que la Cope se pase medio día hablando de las revelaciones del deficiente mental Suárez Trashorras (según lo calificaba El Mundo hace un año), porque todo el mundo sabe que eso no son hechos, no son noticias y nadie con dos dedos de frente las cree. Muchos, en cambio, pueden creerse que el análisis grafológico de Natasha Kampusch que perpetró la Cope el lunes fuera un hecho real, y no era tal el caso:

"El análisis demuestra que la carta fue escrita por una persona madura, confusa, creativa e inteligente"

Bien, al menos tenemos la certeza de que el psiquiatra de Natasha Kampusch es un buen tipo, equilibrado, maduro; aunque algo confuso: no está mal para un psiquiatra. ¡Enhorabuena a la redacción de la Cope!

(Mañana, segunda parte)

martes, septiembre 05, 2006

Marketing "agresivo"


La aerolínea de bajo coste Ryanair (de bajo coste, pero subvencionada, así que no tiene mérito) mostró ayer una curiosa estrategia publicitaria, basada en "marketing agresivo", según habían anunciado los responsables de la compañía.

Ryanair ofrecía ayer en Barcelona un billete de avión gratuito a cada persona que se presentara a mediodía en la plaza de Cataluña protestando contra Iberia. Esto, además de saltarse no sé cuántos artículos que protegen la denigración del competidor, es una actitud vergonzosa e impropia. Vergonzosa e impropia de una empresa seria, y vergonzosa e impropia también de un ciudadano serio: hace falta tener la cara muy, muy pero que muy larga para, por muy cabreado que uno esté con Iberia, prestarse a ser comprado por algo tan barato como un billete de avión sin reserva de plaza que sale de un aeropuerto regional.

El caso es que se nota que los de Ryanair son irlandeses y no conocen el verdadero hecho diferencial: deberían haber sabido que Barcelona es una de las ciudades del mundo con más socialistas por metro cuadrado. Aquí te ofrecen algo aparentemente gratis y salen muertos de hambre de debajo de las piedras, deseando pillar (aún recuerdo el día de la inauguración del tranvía: era gratis, y riadas humanas subían a primera hora y no se bajaban en horas, arriba y abajo, arriba y abajo). Y efectivamente. Ryanair hizo marketing agresivo y tuvo una respuesta agresiva.


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Esta mañana se ha muerto "mi" perro.

sábado, septiembre 02, 2006

Elige la tuya


Cinco naciones de cinco catalanes.

Una nación identitaria

"Cataluña es una nación con identidad propia, integrada por una comunidad de ciudadanos y ciudadanas y un territorio que comparten una historia, una lengua, una cultura, unas instituciones de gobierno y representación, un derecho y una voluntad de ser.

La nación catalana, después de más de mil años, con excepción de aquellos periodos en los cuales ha sido privada por la fuerza de sus derechos, siempre ha manifestado y ha ejercido la voluntad de autogobernarse.

El pueblo de Cataluña desea dejar clara su decisión de reformar su derecho a ser y a decidir su futuro en libertad, sin ningún otro límite que el respeto a los valores humanos esenciales de la vida y la libertad, la igualdad entre personas y entre pueblos, el pluralismo, así como la democracia y el Estado de derecho como principios rectores de su forma de organización política.

Por todo esto, el pueblo catalán, en el ejercicio de su soberanía, considera que ha llegado el momento de dotarse de una nueva forma fundamental de su autogobierno, que establezca los fundamentos de la Cataluña del siglo XXI y del futuro.

[...]

Cataluña es una nación con una historia, una lengua, una cultura, un derecho, unas instituciones de gobierno y representación comunes, un territorio y una soberanía propios fundamentada en la expresión libre y democrática de la voluntad de sus ciudadanos y ciudadanas de compartir un proyecto colectivo de ser.

La lengua nacional y propia de Cataluña es el catalán.

El territorio de Cataluña es el comprendido en las 41 comarcas actuales, sin perjuicio de que, conjuntamente con el resto de comunidades de habla catalana, se establezca una nueva delimitación de los países catalanes. La capital de la nación catalana es la ciudad de Barcelona. El Valle de Arán, de acuerdo con sus características históricas y culturales, tiene un reconocimiento específico y diferenciado.

Tienen condición de catalanes aquellas personas que residen en Cataluña, así como los miembros de la comunidad catalana en el exterior, con independencia de su origen, condición o cualquier otra circunstancia personal. El reconocimiento y las condiciones para el ejercicio de sus derechos de participación política se establecerán mediante el correspondiente marco legal.

Cataluña disfruta de sus propias instituciones de autogobierno y reconoce al Estado Español como el marco estatal de organización política en el cual se integra como nación. Este reconocimiento no supone, empero, la renuncia al ejercicio democrático del derecho inherente e irrenunciable a la libre determinación de los pueblos.

Cataluña quiere estar presente en el exterior con personalidad propia, y reconoce la Unión Europea como su espacio político y geográfico más inmediato de referencia, incorporando sus valores, sus principios y las obligaciones que derivan de formar parte de ella."

(Propuesta de Estatuto de Autonomía de Artur Mas, abril de 2003)


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Una nación gastronómica

"La cocina catalana, aunque por una parte es una cocina plenamente construída -como afirmaba Josep Pla-, por otra, en general, es relativamente poco conocida más allá de ciertos tópicos o, incluso, de modas, como la tan trivial y mediática cocina mediterránea. No resulta extraño que en un libro del escritor americano Colman Andrews se diga que esta cocina, desde Alicante hasta Perpiñán, es el último gran secreto culinario de Europa.

Una cocina todavía demasiado secreta que a veces, históricamente, se confunde con la de Aragón -a causa del título que tenían los antiguos reyes catalanes- o con la de España, como si la catalana fuera una cocina regional que formara parte de ella. Sin embargo, la cocina de Cataluña y de todos los Países Catalanes es una cocina plenamente nacional. Nos lo demuestra el hecho de que pueda tener diversos registros: el histórico -hay pocas cocinas de Europa tan bien documentadas desde la Edad Media-; el tradicional -que sería, estrictamente, el de loos platos transmitidos por la tradición oral en un territorio concreto- y la cocina de autor."

(Jaume Fàbrega, prólogo de "Platos y secretos de Àvia Remei")


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Una nación racional

"Y la verdad es que lo que está en juego en este inquietante fin de siglo español es la prevalencia en nuestro país de uno entre los dos conceptos de nación que se disputan la adhesión emocional e intelectual de los ciudadanos, la nación entendida como orden racional superior que legitima su poder organizado en un Estado por su capacidad de garantizar el orden y la paz civil, por la toma de decisiones mediante la regla de la mayoría, por la defensa de los derechos y libertades fundamentales de los individuos y por la redistribución solidaria y equitativa de la riqueza, la que podemos denominar nación constitucional, la idea de nación ilustrada y moderna que inspira el gran pacto del 78, y la nación imaginada como la encarnación natural de determinadas esencias primordiales, raza, lengua, espíritu del pueblo, una comunidad étnico-mística inmune al tiempo, previa a la razón, anclada en el instinto, que proporciona a los individuos de manera inescapable su identidad y su forma de interpretar el mundo, la visión regresiva y excluyente de la nación que no ceja en su empeño por dinamitar el valiosísimo acuerdo de convivencia alcanzado hace veinte años.

La renuncia a la concepción nacional democrática, racional y de vocación ética de validez universal, tal como contumazmente pretende la resucitada Triple Alianza, para arrojarnos a una yuxtaposición de tribus de resultado incierto y sin duda peor que lo que ahora tenemos, representa un retroceso histórico y el desperdicio de dos atormentados siglos de esfuerzos intentando construir un Estado-Nación español liberal, democrático, moderno, desarrollado y socialmente justo. Ningún ciudadano sensato y decente, que son la inmensa mayoría, de derecha, de izquierda, de centro, y, sobre todo, de centro reformista, se exprese en la lengua que se exprese o sea cual sea su Rh, optará por la exploración de los rigores de una jungla institucional y política donde los atavismos dicten las normas si se le ofrece habitar en un cómodo bloque constitucional producto de 2.500 años de sabiduría en el que las reglas las fije la mayoría respetando a las minorías de acuerdo con pautas de racionalidad. Se trata simplemente de explicárselo de forma clara, atractiva, oportuna y convincente.

[...]

El concepto tribal de nación descansa sobre dos saltos lógicos inasumibles por una mente correctamente conformada. El primero estriba en asignar a lo natural una capacidad legitimadora superior a lo racional. El segundo en atribuir a las naciones -suponiendo que se sepa lo que son- la propiedad de ser hechos naturales. En lo que se refiere al primero, su introducción en contextos sociales desarrollados en los que lo racional consiste expresamente en el establecimiento y preservación de un orden civil democrático, representa la ruptura con los fundamentos éticos de la convivencia y la aceptación de un principio irracional de legitimación extraño al sistema axiológico dominante y provocador, con toda probabilidad, de inestabilidad política y, eventualmente, de enfrentamientos cruentos entre grupos sociales que hasta este momento convivian pacíficamente. En lo que toca al segundo, ¿cómo se explica que numerosos integrantes, a veces la mayoría, de las colectividades supuestamente "nacionales" no acepten tal condición "natural" hasta el punto de que cuando los gobiernos nacionalistas se las imponen coactivamente se rebelan vigorosamente? Además, si las naciones son tan naturales como las piedras y las flores, ¿por qué un mismo pueblo en distintos momentos de su devenir histórico modifica drásticamente sus sentimientos de pertenencia nacional? ¿Es natural cambiar de apellido y pasar de llamarse "Rodríguez" a "Rodri" para ser más catalán, como hizo cierto diputado de un partido nacionalista?"

(Aleix Vidal-Quadras, "Razón o Volkgeist", El País, 21 de septiembre de 1998)


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Una nación cultural

"Ortega toma conciencia del problema de España y diagnostica que tal problema radica en el individualismo de los hombres y las regiones de España, que no han sentido una inquietud común por los asuntos nacionales.
¿Cabe mayor confesión de que España no existe? En una nación natural la inquietutd por los asuntos comunes existe por las buenas, sin más."

("Otro", comentario en el Blog de Carlos López)


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Una nación racial-religioso-histórico-onírica

"El catalanismo había dejado esto para lo último. Se comprendía que tenía que ser toda Cataluña y no la mayoría de los catalanes quien pactase con sus hermanas de raza y civilización, y confiaba resignado que llegase la hora. Pero en el fondo de cada uno y en los sentimientos generales de todos los patriotas catalanes, al mismo tiempo que una viva simpatía por los demás reinos de la histórica confederación, se desenrollaban esperanzas de su reavivamiento y del nuevo abrazo que harían con nuestra patria.

Nosotros casi no hablábamos de esto, pero lo presentíamos coom un gran misterio próximo a realizarse. En nuestras conversaciones y actos, en las propagandas y discursos, había una cosa que mentábamos con disimulo, ¡no osando casi tocarlo por miedo de que se esfumase en un principio! Eran las ideas de unión de toda la raza catalana, que se presentaría en forma de una moderna federación llena de espíritu de libertad que vive en todos nosotros.

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Sea como fuere, con Aragón o sin él, la raza catalana ha de estrechar cada día más los lazos y unirse bajo la bandera de una misma tradición política. Que, en cuanto al porvenir, tenemos que dejar hacer, ya que el espíritu catalanesco que apareció en las valles del Pirineo y que, encarnado en Don Jaime, nos hizo atravesar el mar e ir a extendernos a las riberas del Turia, vive todavía, vela por nosotros y no podemos en ningún caso decir que nuestros destinos estén en malas manos."

(Josep Pijoan, "La Renaixença", núm.15, julio de 1899)