viernes, febrero 16, 2007

Claro que no


No, porque la reforma del estatuto de autonomía andaluz es un sainete que trata de hacernos creer que reformar estatutos es lo más normal del mundo y lo del estatuto catalán no era para tanto.

No, porque Andalucía no necesita más autonomía sino más iniciativa privada.

No, porque Andalucía no es una realidad nacional, sino una realidad clientelar.

No, porque a mí me importa un pimiento lo que dijera Blas Infante.

No, porque el estatuto de autonomía andaluz establece un tratamiento de igual a igual entre Andalucía y España, como si fueran dos entidades asimilables.

No, porque la historia esa del habla andaluza debe ser un chiste.

No, porque España necesita un gran proyecto común que interese al conjunto de los ciudadanos y no diecisiete inventos irreversibles e imprevisibles que saturen los tribunales por protestas por invasión de competencias.

No, porque estoy harto de palabros y locuciones como blindaje autonómico, deuda histórica, Andalucía de primera, Andalucía imparable, bilateralidad, autogobierno o traspasos competenciales.

No, porque la sola concepción de la idea de financiación autonómica asume implícitamente que los gobiernos regionales necesitan que papá Estado les dé dinero para gastarlo rápida, convulsa, desesperadamente.

No, porque nadie se ha leído el nuevo estatuto andaluz.

No, porque la cercanía de la administración al ciudadano es un foco de corrupción.

No, porque no me gusta seguir la corriente.

No, por todos los que dicen sí.