miércoles, febrero 07, 2007

En el país de nunca jamás:


- Se publicaban artículos que vinculaban a un grupo terrorista con el único partido de la oposición.

- Se montaba en cólera por una menudez como que un juez no pudiera valorar un asunto en el que una de las partes le hubiese puesto 6000 euros en el bolsillo.

- Se salía en defensa de un terrorista que no comía.

- Se aprobaban decretos para establecer condiciones ad hoc que evitasen que una empresa comprara a otra.

- Se perseguía el consumo de tabaco en lugares de trabajo pero no el de cannabis en el metro.

- Se sometía a personas al veredicto de una máquina de la verdad retransmitida por televisión; máquina que, por supuesto, era la que más mentía.

- Se balbuceaba en el Parlamento, y eso era considerado una victoria.

- Se decía la verdad en el Parlamento, y eso era considerado extremismo.

- Se prohibían las hamburguesas XXL, el pescado crudo y el vino.

- Se regalaban zapatillas para buscar pisos y refrescos Referendum Plus para ser los primeros en Europa.

- Se defendía el derecho al disfrute del paisaje en condiciones de igualdad.

- Se hacía bandera política de la lucha contra la violencia doméstica hasta el punto de vincularla a la poca preocupación por parte de un gobierno anterior, se aprobaba una ley ridícula y discriminatoria por razón de sexo bajo el alegato de que serviría para aplacar la violencia doméstica, se constataba el incremento espectacular de los casos de violencia de género tras la aprobación de esa ley y no se tenía el menor pudor en reconocer la descomunal demagogia practicada con los años.

- Se institutía la asignatura de Heducazión para la Ciudadanía.

- Se proponía un pacto antiterrorista en el que estuvieran incluídos partidos políticos de izquierda y nacionalistas, sindicatos, empresas, asociaciones culturales, colectivos cívicos, hojas parroquiales y otros órganos constitucionales de representación popular.

- Se afirmaba que tú la Frans voté ouí, que messié le diputé y que every day, bonsais.