miércoles, febrero 28, 2007

Europa


Desde que el Parlamento Europeo abrió sus puertas -y su hemiciclo- al pésimo cantante Juanes con no sé qué excusa, ya nadie que sea intelectualmente honesto puede dudar de que Europa, la Unión Europea, es un espanto, somos un monstruo.

Europa es una máquina de burocracia, un paraíso del funcionariado, una enorme comedia de enredo en la que se interpreta un escenario de aparente libre mercado, pero donde el poder político tiene la última palabra en todo y su última palabra suele traer infames consecuencias. Europa es Romano Prodi, Europa es José Borrell, Europa es Dominicque de Villepin, Europa son los países nórdicos. También hay unos cuantos outsiders, es cierto, como Nicolas Sarkozy, que son -o al menos lo parecen- revolucionarios liberales que plantean valores como el esfuerzo personal o la responsabilidad individual, pero son la inmensa minoría.

El espectacular golpe de teatro en el caso Endesa, que acabará con una compañía española privatizada volviendo, en la práctica, a ser nacionalizada al estar comandada por una empresa controlada por el Estado italiano, es el mejor ejemplo de que, además de socialistas en potencia, los europeos no tenemos vergüenza. Como mínimo, en Bolivia o Venezuela no disimulan sus atropellos/nacionalizaciones. Aquí se hace todo teatralizando y burocratizando, y así nos va.

lunes, febrero 26, 2007

Manuel Belda


Sin duda, no habrán oído hablar del señor Manuel Belda Díaz en su vida. Manuel Belda es uno de esos ejemplos de que Cataluña no es un sitio normal; debería haber sido, en su momento, portada en los periódicos de toda España en lugar de un completo desconocido, símbolo de la vergüenza de un país en el que hasta hace cuatro días a nadie le importaba la falta de libertades para poder decir lo que a uno le viniera en gana.

Manuel Belda era un militante de base del PP de Gerona, afincado en Ripoll, su pueblo de toda la vida. A sus 63 años, fue el candidato del PP a la alcaldía de Ripoll, municipio en el que este partido jamás había obtenido representación, en las elecciones locales de 1995. Contra todo pronóstico y por sólo un margen de 10 votos, consiguió salir elegido concejal, único edil del PP en el municipio, junto a los 9 de CIU, 6 del PSC y 1 de ERC. Se da la circunstancia de que la comarca del Ripollès no es, digamos, especialmente proclive a los postulados de la derecha española, sino más bien seguidora del independentismo rural más recalcitrante. Es la zona de España donde el PP viene obteniendo menor apoyo electoral, menos que en los más infames caseríos guipuzcoanos, en torno al 1-3% de los votos según los comicios.

Hubo unos cuantos a los que no les pareció bien eso de que cualquiera pudiera presentarse a las elecciones municipales, defender sus convicciones y ser libremente votado por sus vecinos. Dos años después de haber iniciado su tarea en el ayuntamiento, el señor Belda y su familia comenzaron a recibir llamadas telefónicas amenazadoras en su domicilio. Unos meses más tarde, empezaron las pintadas en la fachada de su domicilio, primero con las cruces gamadas junto al logo del PP, luego con el apellido Belda en el centro de una diana, después con dibujos de ataúdes. Nadie en el ayuntamiento de Ripoll movió un dedo por él. Manuel Belda tuvo que recurrir a protección policial.

Al final, presentó la dimisión, en la primavera de 1998. El segundo de la lista del PP de Ripoll, Pere Flores, comenzó también a recibir amenazas antes incluso de tomar posesión de su cargo, algo que finalmente decidió no hacer. La tercera de la lista era la esposa de Manuel Belda, que obviamente también renunció. El cuarto puesto de la candidatura lo ocupaba Irene Payet, quien finalmente fue la sustituta de Manuel Belda. Al cabo de unos días, también se volvió a repetir la historia y la señora Payet dimitió nuevamente por amenazas. Todo, ante el silencio prácticamente completo de los medios de comunicación de toda España, pero sobre todo y de una forma escandalosa, de los medios de comunicación catalanes. Finalmente el Partido Popular de Cataluña optó por no reemplazar ese puesto de concejal y dejarlo vacante. La voluntad de los 351 ciudadanos de Ripoll que habían votado al PP había sido finalmente torcida por las amenazas terroristas, con todas las letras, de algún personaje. Nadie hizo nada. Fue una vergüenza.

Semanas después, la policía autonómica detenía a Toti Juanola, miembro de Maulets (una organización independentista a la izquierda de las JERC), al haber probado mediante estudios grafológicos que las pintadas callejeras de Juanola coincidían con otras que él había hecho años atrás contra la Guardia Civil y textos escritos suyos. Aquí los medios de comunicación catalanes ya empezaron a prestar más atención al caso: se mostraron las concentraciones de apoyo al nacionalista Juanola frente a los juzgados, con personalidades como el actor Joel Joan, el excoordinador de Unió de Pagesos Pep Riera, el diputado de ICV Joan Boada, el filósofo Josep Maria Terricabras, y una cincuentena de cargos políticos de la provincia de Gerona, entre ellos el alcalde socialista de Olot, Lluís Sacrest. Por su parte, el diputado de ERC Joan Puigcercós, entonces máximo dirigente del partido en el Ripollès, culpó a los militantes del PP de la situación, los acusó de victimistas aprovechados, vinculó las amenazas de muerte a Manuel Belda a un clima creado por el centralismo de Madrit y defendió el independentismo pacífico de Maulets. Nadie mostró su apoyo de los miembros del PP. Nadie.

La defensa aportó un informe grafológico alternativo realizado por una psicóloga de la Universidad de Gerona. Finalmente, Toti Juanola fue declarado inocente, ante la existencia de dos informes contradictorios realizados por sendos profesionales cualificados en el mundo de la grafología, y de toda aquella historia nunca más se supo. Nunca nadie ha tenido la menor actitud de reconocimiento a los meses que pasó Manuel Belda en esta Cataluña tan orgullosa de sí misma, tan democrática, tan solidaria y tan plural. Imagino que todavía vive, debe rondar los 75 años. Sirvan estas líneas como pequeño recuerdo a su breve paso por la política, a su perseverancia, a sus convicciones y a su valentía estando rodeado de nacionalistas que, cuanto más se empeñan en tapar pequeñas historias como esta, más revelan su bajeza moral.

sábado, febrero 24, 2007

La nueva modalidad del insulto territorial




Lo curioso no es que Fernando Sánchez Dragó dijera que los madrileños son sucios. Lo interesantísimo es que al día siguiente saliera pidiendo disculpas, orejas de burro en ristre. Si Dragó cree que Madrid es un sitio asqueroso, no veo por qué debe pedir perdón, no es más que una graciosa concesión a la corrección política.

Los socialistas madrileños, profundamente ofendidos, han solicitado la expulsión de Telemadrid del escritor, y han afirmado, agárrense, que sus opiniones sobre los madrileños no son más que una extensión del pensamiento político del Partido Popular, que por lo visto, también debe considerar que Madrid es más bien mugriento.

A mí me parece sanísimo meterse con los territorios y colectivos, así en general, sobre todo porque permite comprobar quién, como un rayo, aparece para fingir hipócritamente estar ofendido.

En el famoso programa de Jesús Quintero de esta semana, Rafael Amargo dijo que hubo personas que le siguieron al acabar su intervención en el Carnaval y que Tenerife es un sitio peligroso, antidemocrático y franquista. El hasta ahora desconocido Centro Canario se ha querellado contra él "por injurias y calumnias contra el pueblo chicharrero". Calumnias contra un pueblo, dicen; hace falta tener estómago. ¿Qué problema hay en injuriar a un pueblo? No hay nada más democrático, más defensor del individuo frente al totum revolutum que insultar, repudiar, injuriar, ofender, pisotear la idea esa de "el pueblo", "nuestro pueblo", nosotros, en definitiva. Así que insultos a los territorios sí, todos los que haga falta. No se van a molestar demasiado las piedras.

jueves, febrero 22, 2007

FJL , Alcaraz y el PP


El 15 de diciembre de 2004 la comisión de investigación, o lo que fuera, sobre los atentados del 11M, procedió a recibir las dos últimas comparecencias en el Congreso de los Diputados: la de la presidenta de la Asociación de Afectados por el 11-M, Pilar Manjón, y la del presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, José Alcaraz.

A la mañana siguiente, Federico Jiménez Losantos abrió su programa criticando justamente a la Manjón, por sectaria, y a Alcaraz, por payaso. El prestigioso FJL afirmó que era indecente que la Asociación de Víctimas del Terrorismo tuviera como portavoz a un personaje de tan limitada habilidad oratoria y tan evidente carencia de formación. El orate Losantos sugirió a la AVT que se buscaran a otro líder más potable, más capacitado, menos ridículo.

Más de dos años después, el mismo FJL que proclamaba lo evidente, que Alcaraz es un personaje pintoresco que sólo con cuidar un poco la gramática ya mejoraría notablemente, es ahora el principal defensor de este especialista en regeneración capilar. Parece que Alcaraz y Losantos pretendan cargarse lo único que todavía es respetuoso con la arquitectura institucional española, que es el Partido Popular. Por fortuna, el PP ha dejado bien claro que este sábado va a apoyar la convocatoria de la AVT en contra de los posibles beneficios penitenciarios para el terrorista De Juana pero en ningún caso en contra de ninguna resolución judicial. Porque el PP no es un partido fascista, y sólo los fascistas pretenden pasar por encima de la independencia del poder judicial, caso del lehendakari, recientemente vitoreado por sus euskonazis frente al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

Yo era un oyente adicto a FJL en su etapa en La linterna, un oyente frecuente de FJL en su primera etapa en La mañana y un ex oyente aburrido y hastiado en la actualidad. Si él pretende influír hasta el punto de mandar en el PP tal como Polanco lo ha hecho con el Psoe desde 1982, que se espabile, que busque su pandilla entre los Peones Negros y sus extrañas compañías diversas, y lo intente. Pero con la gente que piensa por sí misma que no cuente.

martes, febrero 20, 2007

Ex populum


"No tienes razón, porque la mayoría de la gente piensa lo contrario". O bien "yo pienso esto porque así lo cree la gran mayoría". Seamos pedantes. La falacia ex populum o falacia demagógica es un razonamiento engañoso que nos conduce a considerar que una determinada proposición es verdadera simplemente porque así es aceptada por "la mayoría".

Uno puede caer en esa trampa de buena fe, y creer en el cambio climático, porque lo dice todo el mundo. Saber si los argumentos sobre el supuesto cambio climático son sólidos o rebatibles cuesta esfuerzo, y no en vano dijo Josep Pla que es más fácil creer que saber. En ¿Quiere ser millonario?, cuando uno pide el comodín del público en una pregunta difícil, el público vota al azar, y un buen concursante sabe que no debe fiarse demasiado del criterio del público aunque haya salido una opción claramente mayoritaria.

El problema no es utilizar esta falacia por desconocimiento, sino emplearla voluntariamente, ser absolutamente consciente de la vaguedad del argumento "esto es así porque lo piensa la mayoría" y aun así utilizarlo para fostigar al adversario dialéctico.

¿Quién es "la mayoría"? ¿Cómo ha llegado "la mayoría" a formarse una opinión acerca de un determinado asunto? ¿Basándose en los criterios de "la mayoría" previa? ¿Por qué una persona que sostiene unos determinados principios de forma razonada y coherente debe tener, a priori, menos plausibilidad que una gran masa que sostenga otras ideas? ¿Debemos usted o yo cambiar de planteamientos en el momento en que comprobemos que los otros son más? ¿Por qué, con el paso del tiempo, "la mayoría", que parece ser una gran masa compacta, cambia de opinión, movida tal vez por una especie de mano invisible que guía su criterio, y vuelve a cambiar más adelante, y cambia de nuevo?

El otro día, un servidor comentó que Andalucía no necesita más autonomía sino más iniciativa privada. Un comentarista anónimo, que probablemente debe ser funcionario porque no parecía muy partidario de adelgazar la administración pública, respondía que "eso no es lo que piensan la mayoría de andaluces", sin por supuesto explicar qué tiene de bueno el Estado autonómico y qué tiene de malo desear menos Estado y más sociedad civil. Y tan pancho que se debió quedar en su silla funcionarial (y por cierto, en Andalucía y en toda España, lo único que es realmente propiedad privada es la plaza de funcionario, la ganas y te la quedas en propiedad de por vida).

La paupérrima apelación al criterio de la gran masa de gente es una invitación a pasar nuestro cerebro por la turmix, a dejarnos seducir por lo que haya pensado otro sin solución de continuidad. Y yo no sólo no quiero acabar con mis escasas neuronas, sino que además pienso que la mayoría es mediocre, y una mayoría de mediocres suelen estar equivocados. En democracia, hágase aquello que opine la mayoría. Pero lo que opine la mayoría no necesariamente es la verdad.

Platón: Cuando una multitud ejerce la autoridad, es más cruel que los tiranos.
Winston Churchill: El mayor argumento contra la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio.

viernes, febrero 16, 2007

Claro que no


No, porque la reforma del estatuto de autonomía andaluz es un sainete que trata de hacernos creer que reformar estatutos es lo más normal del mundo y lo del estatuto catalán no era para tanto.

No, porque Andalucía no necesita más autonomía sino más iniciativa privada.

No, porque Andalucía no es una realidad nacional, sino una realidad clientelar.

No, porque a mí me importa un pimiento lo que dijera Blas Infante.

No, porque el estatuto de autonomía andaluz establece un tratamiento de igual a igual entre Andalucía y España, como si fueran dos entidades asimilables.

No, porque la historia esa del habla andaluza debe ser un chiste.

No, porque España necesita un gran proyecto común que interese al conjunto de los ciudadanos y no diecisiete inventos irreversibles e imprevisibles que saturen los tribunales por protestas por invasión de competencias.

No, porque estoy harto de palabros y locuciones como blindaje autonómico, deuda histórica, Andalucía de primera, Andalucía imparable, bilateralidad, autogobierno o traspasos competenciales.

No, porque la sola concepción de la idea de financiación autonómica asume implícitamente que los gobiernos regionales necesitan que papá Estado les dé dinero para gastarlo rápida, convulsa, desesperadamente.

No, porque nadie se ha leído el nuevo estatuto andaluz.

No, porque la cercanía de la administración al ciudadano es un foco de corrupción.

No, porque no me gusta seguir la corriente.

No, por todos los que dicen sí.

miércoles, febrero 14, 2007

Pretemporada en un país de verdad


El Partido Popular debería llevar, como único (sí, sí, único) epígrafe de su programa electoral de 2008 la obligatoriedad, para los políticos recién elegidos, de realizar un stage de pretemporada en Gran Bretaña o Estados Unidos, para enterarse de qué es una democracia con separación real de poderes, antes de tomar posesión de sus cargos. Con ello se superaría uno de los mayores problemas actuales de la vida política española, cansina, jamelga, concienzudamente rastrera, idiotizante: cada día más parecida a una república latinoamericana.

La sucesión de despropósitos con los que los políticos de todos los partidos (pero sobre todo y de un modo escandaloso, los socialistas) han desprestigiado a las instituciones democráticas ha alcanzado su zenit (o ha tocado fondo, como diría Ignacio Villa) esta mañana, cuando en sede parlamentaria se ha debatido la honorabilidad del defensor del pueblo. Enrique Múgica, que ha dedicado toda su vida de forma inequívoca a la lucha por las libertades en España, ha sido escupido y pisoteado por los portacoces por haber cometido atrocidades tales como recurrir ante los tribunales todo aquello que, a su juicio, han sido excesos del poder legislativo.

Si atendemos a las brillantes apreciaciones de oradores como el exprofesor de instituto Joan Tardá, dedicado hasta hace cuatro días a regalar aprobados de catalán, Enrique Múgica no tiene legitimidad para ser defensor del pueblo porque ha recurrido el Estatuto de Cataluña, o sea, tiene catalanofobia, es fascistoide y sirve a los intereses del PP, que todo es lo mismo. En caso de que los tribunales le den la razón total o parcialmente al defensor del pueblo, la eventual sentencia carecerá también de legitimidad, al haber sido redactada por jueces catalanófobos, fascistoides y servidores de los intereses del PP. Y si algún funcionario o gestor público se viere obligado a hacer cumplir esa eventual sentencia, será por supuesto catalanófobo, fascistoide y servidor de los intereses del PP.

La falta de respeto no ya a las resoluciones judiciales, sino a la posibilidad de recurrir a los tribunales y a que el poder judicial tenga la potestad de entrometerse lo más mínimo en las arbitrariedades del poder ejecutivo y legislativo no es una novedad en la historia contemporánea. El ansia de poder absoluto siempre halla un grave impedimento en la coña esta de tener que cumplir las leyes y que alguien vigile que las cumples. Lo que resulta más sobrecogedor es que una mayoría de ciudadanos permanezca impasible ante unas evidencias tan claras: nos gobierna un puñado de políticos liberticidas que pretenden derrumbar la poca credibilidad que le quedaba al sistema judicial español, con el objetivo último de eliminar las garantías que ofrece la Constitución de 1978 en cuanto a igualdad de los ciudadanos ante la ley y limitación de los poderes públicos.

martes, febrero 13, 2007

La reinserción a la vuelta de la esquina


Pues a mí me parece muy bien que hoy estén saliendo defensores del terrorista José Ignacio de Juana hasta debajo de las piedras. Desde Patxi López hasta la Rata Albina, desde la tendenciosa voz en off de los informativos de TV3 hasta Diego López Garrido, es reconfortante ver que uno está rodeado de defensores de terroristas, así, sin ambajes ni justificaciones.

Yerra Federico Jiménez Losantos cuando dice que el gobierno debería reinsertar al etarra metiéndolo en las listas del Psoe para el ayuntamiento de Madrid. No. Dados los innumerables elogios recibidos por él y por sus acólitos, a mí se me ocurren innumerables salidas para el etarra De Juana y para todos los etarras, por si el gobierno quiere rehabilitarlos a todos en pro del proceso de paz en virtud del alto el fuego intermitente:

- Reinsertar a los etarras como futuros policías de la vivienda para censar pisos vacíos.

- Reinsertar a los etarras como profesores de la nueva asignatura Heducazión para la ciudadanía.

- Reinsertar a los etarras como nuevos magistrados del Tribunal Constitucional, y así nos ahorramos el follón de Pérez-Tremps.

- Reinsertar a los etarras como miembros del patronato de las diferentes Comisiones de la Verdad para la recuperación de la memoria histórica.

- Reinsertar a los etarras como presentadores y redactores de los servicios informativos de La Sexta, ya que van tan justos de audiencia.

- Reinsertar a los etarras como miembros supervisores de la Comisión Nacional de la Energía, después de todo el bochorno de las opas sobre Endesa.

- Reinsertar a los etarras como propietarios de cristalerías adosadas a los domicilios de sus víctimas.

Y seguro que hay muchas opciones más. ¿Verdad?

domingo, febrero 11, 2007

Nadie sabía quién patrocinaba a Oleguer


A mí me parece perfecto que una empresa cualquiera formalice o rescinda contratos publicitarios con deportistas patrocinados. Es decisión suya y nada hay que objetar. Lo curioso de lo de Kelme y Oleguer es que nadie sabía que esa marca patrocinara al futbolista comprometido (o sea, megaprogre), y que ha resultado un grandísimo acierto a efectos de mercadotecnia. Venderán más.

viernes, febrero 09, 2007

Carnaval y fascismo


La medida cautelar del juez titular del juzgado número 1 de lo contencioso administrativa de Santa Cruz de Tenerife, en virtud de la cual se suspenden los actos festivos en la vía pública es, ante todo, un homenaje al buen gusto.

Pero es mucho más. Por primera vez en España una decisión judicial deja claro que el derecho al descanso de un solo ciudadano es un derecho fundamental por encima de cualquier celebración "del pueblo", ese ente abstracto y repugnante; que los decibelios que se cuelan por las ventanas de los domicilios son tan intromisión en la intimidad como cualquier presencia física no deseada; que lo importante son los individuos y no las gilipolleces colectivas. La sociedad no es más que la suma de los individuos, el todo no es más que la suma de las partes y ningún festejo multitudinario puede amalgamar el sagrado derecho que cada persona tiene a no ser molestada dentro de su propiedad privada.

Además de los fundamentos estéticos que sin duda impulsan a rechazar el Carnaval de Tenerife, con sus 7 días y 7 noches consecutivas de mierda sin interrupción, es muy significativa la reacción de la mayoría de tinerfeños a la suspensión cautelar. "Estos vecinos que se han quejado seguro que no son de aquí", "Al que no le guste que se vaya", "Si es una tradición, cómo se atreven", "Habrá Carnaval diga lo que diga el juez". Reacciones, todas ellas, cargadas de fascismo, fascismo desenfrenado y desenfadado, con naturalidad. Reacciones calcadas a las que en el País Vasco suscitan por parte de los proetarras y compañía las demandas de los no nacionalistas. Ausencia absoluta de respeto a la libertad individual y a las decisiones judiciales.

Los que se vayan a quedar sin Carnaval, que se jodan, que se fastidien. Que se marchen ellos de Tenerife, que se larguen a celebrarlo a una montaña, lejos de civilización próxima. Y que se queden ahí, de paso, con sus disfraces, sus carrozas, su música a toda leche y lo que necesitan meterse en el cuerpo para aguantar siete días de fiesta.


***


Que alguien avise a la ministra Salgado: anoche, Cayetana Guillén-Cuervo apareció en su programa de La2 fumándose un porro y consumiendo alcohol. Sí, sí, un porro de verdad, compartiéndolo con la invitada. ¿Se puede consumir marihuana pero no tabaco en los centros de trabajo?

miércoles, febrero 07, 2007

En el país de nunca jamás:


- Se publicaban artículos que vinculaban a un grupo terrorista con el único partido de la oposición.

- Se montaba en cólera por una menudez como que un juez no pudiera valorar un asunto en el que una de las partes le hubiese puesto 6000 euros en el bolsillo.

- Se salía en defensa de un terrorista que no comía.

- Se aprobaban decretos para establecer condiciones ad hoc que evitasen que una empresa comprara a otra.

- Se perseguía el consumo de tabaco en lugares de trabajo pero no el de cannabis en el metro.

- Se sometía a personas al veredicto de una máquina de la verdad retransmitida por televisión; máquina que, por supuesto, era la que más mentía.

- Se balbuceaba en el Parlamento, y eso era considerado una victoria.

- Se decía la verdad en el Parlamento, y eso era considerado extremismo.

- Se prohibían las hamburguesas XXL, el pescado crudo y el vino.

- Se regalaban zapatillas para buscar pisos y refrescos Referendum Plus para ser los primeros en Europa.

- Se defendía el derecho al disfrute del paisaje en condiciones de igualdad.

- Se hacía bandera política de la lucha contra la violencia doméstica hasta el punto de vincularla a la poca preocupación por parte de un gobierno anterior, se aprobaba una ley ridícula y discriminatoria por razón de sexo bajo el alegato de que serviría para aplacar la violencia doméstica, se constataba el incremento espectacular de los casos de violencia de género tras la aprobación de esa ley y no se tenía el menor pudor en reconocer la descomunal demagogia practicada con los años.

- Se institutía la asignatura de Heducazión para la Ciudadanía.

- Se proponía un pacto antiterrorista en el que estuvieran incluídos partidos políticos de izquierda y nacionalistas, sindicatos, empresas, asociaciones culturales, colectivos cívicos, hojas parroquiales y otros órganos constitucionales de representación popular.

- Se afirmaba que tú la Frans voté ouí, que messié le diputé y que every day, bonsais.

lunes, febrero 05, 2007

El timo de las pensiones


Cuando los políticos no se fían de la sociedad civil, cuando los administradores no se fían se sus administrados, no les queda más remedio que prohibir, prohibir, obligar, obligar. Dejan de ser administradores para convertirse en vigilantes, opresores.

Dentro de la máquina de triturar libertades que es siempre un Estado, está el asunto de las pensiones de jubilación. Queramos o no, todos estamos obligados a aportar un porcentaje progresivo de nuestro salario bruto mensual a las arcas de papá Estado. Todos estamos obligados a cotizar para recibir una pensión de parte de papá Estado cuando nos jubilemos.

Lo que muchos ignoran o quieren ignorar es que nuestras aportaciones al sistema público de pensiones no sirven para cubrir nuestra futura prestación de jubilación: el dinero que el Estado recibe hoy, lo gasta hoy. Las cotizaciones que hoy son aportadas, se utilizan hoy para pagar las pensiones y los subsidios de quienes hoy cobran. Y nosotros sólo cobraremos si en el momento de nuestro retiro hubiere cotizantes suficientes, hayamos pagado lo que hayamos pagado durante la vida laboral.

El sistema público de pensiones sólo se sostiene bajo la premisa, en absoluto plausible, de que siempre habrá la población activa suficiente como para cubrir los gastos necesarios del momento, lo cual en otros contextos recibe simplemente la calificación de negocio piramidal. La estafa de los sellos descansaba sobre la misma idea: se pagaban los intereses a los clientes antiguos utilizando las aportaciones de los recién llegados; cerrado el grifo, se acabó el invento. Al menos los de Afinsa te daban a escoger si querías ser estafado o no. Con la seguridad social, te roban, sí o sí.

Lo esperable de un país adulto sería que los políticos no se metieran en la vida de los ciudadanos y que cada uno se preparase su plan de pensiones privado según sus criterios de ahorro e inversión. Sería un sistema más sencillo, más justo, más eficiente (porque Estado y eficiencia son dos conceptos contradictorios) y se evitaría el fraude. Porque qué quieren que les diga, yo me fío más de mi gestora de fondos de pensiones (y hagamos publicidad, de paso) que de una panda de funcionarios que cada cuatro años pueden cambiar y hacer lo que les dé la gana con mi dinero, y con mi futuro.

sábado, febrero 03, 2007

A vueltas con el cambio climático




Son datos de cinco ciudades cualesquiera, hasta 1995 (excepto Montreal, en la que me he quedado en los 80. Los apologetas (o apolojetas, tal vez) del cambio climático rápidamente dirigirán su mirada a Tokyo, ciudad para la que se observa una clara y sostenida tendencia al alza a lo largo de todo el siglo XX.

Tan reseñable puede ser este dato como el hecho de que la temperatura de Berlín experimentara un súbito cambio clímatico durante el siglo XVIII o que París haya visto ligeramente reducida su temperatura media anual entre 1750 y 1900. Diez, veinte, cien años son escasos registros para concluír nada. Es sorprendente como esos hombres del tiempo subvencionados por la ONU, que son incapaces de acertar el tiempo que va a hacer de aquí al lunes, osen predecir cómo vamos a estar de aquí a cien años.

jueves, febrero 01, 2007

Ocho menos cinco


A la gente le mola esto de las multitudes. Las multitudes sonríen y afirman, felices, que hoy apagarán las luces 5 minutos. Quede constancia de que yo paso de las multitudes idiotizadas, que son las ocho menos cinco, que no pienso apagar ni la luz, ni la estufa, ni el PC, y que no me creo nada sobre el cambio climático.