domingo, agosto 21, 2005

Fenómenos de masas, siempre despreciables


Tipo 1: multitud idólatra

Dice el Papa Benedicto que "si se exagera demasiado, la religión se convierte en un producto de consumo". Y lo dice delante de un millón de jóvenes, veintisiete mil voluntarios, nueve mil ochocientos sacerdotes, siete mil periodistas, nueve mil policías, seis mil bomberos, y con el reparto de quinientas mil botellas de agua, tres millones de hostias y ciento sesenta litros de vino de misa. Al pobre Ratzinger le ha tocado heredar los fastos de Juan Pablo II, que era muy partidario de esto de masificar sin ningún sentido. Cualquiera se atreve a cancelar estas jornadas mundiales de la juventud.


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Tipo 2: multitud agitadora

Un montón de vecinos han decidido mantener cortada durante varias horas la carretera de une los municipios pontevedreses de Mondariz y Ponteareas. El motivo, que dos de ellos están amenazados de muerte por una panda de gitanos. Ah, evidente, está bien clara la relación me amenaza la chusma, ergo corto la calle para molestar a los usuarios desprevenidos. Estas actitudes estúpidas ocurren sólo en los países tercermundistas como España. Y por supuesto, el hecho de que las fuerzas policiales le tengan miedo a una panda de gitanos, también ocurre exclusivamente en los países tercermundistas, como España.