Los meses de julio y agosto son especialmente adecuados para encontrar un pequeño empleo haciendo suplencias o cubriendo algún puesto de trabajo estacional. Estos empleos de temporada suelen ser para jóvenes o inexpertos en busca de un primer sueldillo y una mínima relevancia en su curriculum para mayores éxitos futuros.
Este último caso, el de buscar algún bolo que le permita destacar un poquito, parece ser la situación en la que se encuentra Alfonso Perales, socialista andalú al que le han encomendado quedarse de guardia en Ferraz (mientras Rubalcaba y Pepiño se van de vacaciones) por si aparece alguna cámara de televisión hacia la que caminar galopante.
Perales, el mismo que el año pasado culpó a Aznar del inexorable empobrecimiento de España (sic), cuenta ahora que Rajoy ha perdido el norte y que el PP es la derecha más reaccionaria de Europa, y que hay que ser más leal, y que la oposición es muy radical, y que es desafortunado hacer política con el helicóptero derribado o accidentado en Herat. La esquizofrenia pepiñoide que se vive en el mundo ZP le impide a Perales observar que no es el Partido Popular el que está culpando al gobierno de forma radical e irresponsable por el caso del helicóptero accidentado, ni es el Partido Popular la fuerza precisamente más radical y desestabilizadora.
El PP ha dicho que está dispuesto hasta a ayudar al gobierno en esta crisis, mientras los socios de IU y BNG afirman que la Moncloa está manchada de sangre y que hay que retirar las tropas de Afganistán.
El PP apoyó al gobierno en el rechazo al plan Ibarretxe que se intentó tramitar el pasado mes de febrero, mientras que sus socios lo apoyaron.
El PP apoyó el sí a la Constitución Europea, mientras que los socios del gobierno pedían el voto en contra.
El PP de Cataluña apoyó las enmiedas del PSC en la ponencia parlamentaria de reforma del estatuto de Autonomía, mientras los socios de Maragall le ponían los cuernos, pactaban con CIU y de paso daban por muerto el estatuto.
El PP apoya el buen nombre de la Guardia Civil tras el caso Roquetas, mientras IU, ERC y hasta algunos miembros del propio gobierno la desacreditan y sugieren la desmilitarización del cuerpo.
El principal partido de la oposición apoya al gobierno en todas las cuestiones de Estado y se opone en todas las medidas del gobierno que considera inoportunas o contraproducentes. A cambio, sólo recibe acusaciones de comportamiento fascistoide, mientras el PSOE pacta con los fascistas en Galicia y en Cataluña, y se entrevista con terroristas en caseríos guipuzcoanos. Dios te conserve la vista, Perales.
Este último caso, el de buscar algún bolo que le permita destacar un poquito, parece ser la situación en la que se encuentra Alfonso Perales, socialista andalú al que le han encomendado quedarse de guardia en Ferraz (mientras Rubalcaba y Pepiño se van de vacaciones) por si aparece alguna cámara de televisión hacia la que caminar galopante.
Perales, el mismo que el año pasado culpó a Aznar del inexorable empobrecimiento de España (sic), cuenta ahora que Rajoy ha perdido el norte y que el PP es la derecha más reaccionaria de Europa, y que hay que ser más leal, y que la oposición es muy radical, y que es desafortunado hacer política con el helicóptero derribado o accidentado en Herat. La esquizofrenia pepiñoide que se vive en el mundo ZP le impide a Perales observar que no es el Partido Popular el que está culpando al gobierno de forma radical e irresponsable por el caso del helicóptero accidentado, ni es el Partido Popular la fuerza precisamente más radical y desestabilizadora.
El PP ha dicho que está dispuesto hasta a ayudar al gobierno en esta crisis, mientras los socios de IU y BNG afirman que la Moncloa está manchada de sangre y que hay que retirar las tropas de Afganistán.
El PP apoyó al gobierno en el rechazo al plan Ibarretxe que se intentó tramitar el pasado mes de febrero, mientras que sus socios lo apoyaron.
El PP apoyó el sí a la Constitución Europea, mientras que los socios del gobierno pedían el voto en contra.
El PP de Cataluña apoyó las enmiedas del PSC en la ponencia parlamentaria de reforma del estatuto de Autonomía, mientras los socios de Maragall le ponían los cuernos, pactaban con CIU y de paso daban por muerto el estatuto.
El PP apoya el buen nombre de la Guardia Civil tras el caso Roquetas, mientras IU, ERC y hasta algunos miembros del propio gobierno la desacreditan y sugieren la desmilitarización del cuerpo.
El principal partido de la oposición apoya al gobierno en todas las cuestiones de Estado y se opone en todas las medidas del gobierno que considera inoportunas o contraproducentes. A cambio, sólo recibe acusaciones de comportamiento fascistoide, mientras el PSOE pacta con los fascistas en Galicia y en Cataluña, y se entrevista con terroristas en caseríos guipuzcoanos. Dios te conserve la vista, Perales.